El padre Mariano Oberlin denunció que atacaron a tiros su fundación en Campo de la Ribera, ubicado en la franja este de la ciudad de Córdoba, una zona marginal donde lleva adelante su lucha contra la pobreza y el narcotráfico. Por fortuna, no hubo heridos.
El hecho ocurrió el pasado martes a las 16 y según precisó el cura, la Policía fue «espectadora» y no hizo nada pese a que la agresión se produjo a 40 metros de una de las casillas policiales que se encuentran sobre la Costanera del río Suquía.
Oberlin dijo que decidió hacer la denuncia pese al temor por las represalias «de un lado como del otro» -en referencia al narcotráfico o la Policía-, porque «si no confrontamos a quienes pretenden adueñarse del barrio, llegará un momento en el que va a ser muy difícil volver atrás».
El religioso subrayó que no es la primera vez que su Fundación recibe un ataque de estas características. Este mes, Oberlin había sido víctima de un robo en el mismo lugar, aunque las pertenencias fueron recuperadas y el joven de 28 años que cometió el atraco, apresado.
Cabe destacar que Oberlin lleva adelante en el Este de Córdoba Capital un fuerte trabajo social, educativo y de rehabilitación de jóvenes con adicciones.
Esa zona de la ciudad, es una de las que posee una mayor cantidad de personas en situación de vulnerabilidad y que también se ha visto afectada por el despliegue de organizaciones de narcotráfico.
En un posteo que publicó el cura en su cuenta de Facebook, cuenta que «el martes a la tarde, alrededor de las 16:00, un tipo se asomó por la tapia perimetral del centro de rehabilitación que tenemos en el Campo de la Ribera, en donde viven 40 chicos, y disparó al voleo dos tiros con una escopeta recortada».
Sigue diciendo que «inmediatamente se subió a un auto bordó, y salió a alta velocidad. Esto ocurrió a 40 metros de una de las casillas policiales de la costanera. En su huida, el auto pasó por enfrente de la escuela, en donde había cuatro policías custodiando la salida de los chicos. Ahí mismo esquivó a un colectivo al que casi choca, e inmediatamente esquivó a una palita mecánica nuestra en la que venía de trabajar en la limpieza del basural uno de los chicos de nuestra comunidad».
Precisa que «los encargados del espacio llamaron a la Policía. Acudió un móvil a entrevistar, y luego se fue. Hasta allí, toda la policía actuó como simple espectadora. Yo no estaba en ese momento. Llegué cerca de una hora y media después. Frente a la inactividad de la policía, y dada la gravedad del hecho, que podría haber terminado en alguna/s muerte/s, salimos con algunos de los que vieron el auto a ver si lo podíamos encontrar».
Agrega el cura en su posteo que «lo llamativo es que, aunque nosotros dimos con el auto dos horas después del hecho, la policía no ha tenido resultados hasta ahora. Y aunque nosotros no tengamos aún pruebas filmográficas (que las estamos gestionando porque hay dos domos de la Policía ubicados en lugares desde donde se puede seguir la acción), estamos hablando de un auto claramente identificado con marca y color, que circulaba con una patente adulterada y con su conductor con una escopeta recortada, el cual hasta dos horas después del hecho seguía rondando las inmediaciones (del Centro de Rehabilitación)».
Posteo del padre Mariano Oberlin